Borrar
La vuelta al producto

La vuelta al producto

Gastroconfesiones ·

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 23 de marzo 2019, 01:11

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

De un tiempo a esta parte los gastrónomos más audaces se han pasado del tomate nitro al tomate picado. Hasta el inventor del tomate nitro, Dani García, se baja de la cocina de vanguardia. En realidad es una tendencia planetaria, un 'click' mental que nos mueve a todos sin ser conscientes, como el instinto de supervivencia lleva a los salmones a remontar el río. Queremos comer producto libre de artificios, y en lugar de que el chef cuente su vida en un plato, preferimos que nos explique la del ingrediente y su productor. El nuevo lujo está en la sencillez. No hace mucho que un grupo de la élite empresarial española encabezado por el marqués de Griñón solicitó a la Real Academia la redefinición de la palabra 'lujo' porque, según explicó, para él no había mayor lujo que comerse en el campo y en compañía de su hija un huevo frito con aceite de oliva recién prensado. Lo primero que se puede pensar de este cambio es que el ser humano evoluciona hacia la toma de conciencia sobre las cosas importantes: los momentos compartidos con las personas queridas son un lujo, y también lo son, hoy, los alimentos que nos conectan con la tierra. Unas habas con el perfume de la mata, una naranja del árbol, media docena de huevos ecológicos. Se diría que los nuevos lujos están al alcance de cualquiera, pero lo que es lujo para el marqués de Griñón lo es también porque no cualquiera tiene un olivar. Como recuerda el filósofo Daniel Innerarity en 'Cocinar, comer, convivir', libro escrito al alimón con Andoni Luis Aduriz, en realidad estamos repitiendo, como a lo largo de toda la historia, un mecanismo por el cual la élite social, que en este caso no es solo económica, sino también intelectual o ilustrada, se distingue por elegir un determinado tipo de alimento que por unas razones u otras no está al alcance de todo el mundo. En este caso el motivo puede ser la falta de formación e información para valorarlo, pero también la finitud de estas pequeñas producciones y de ciertas especies. La corriente de lo natural y sencillo preserva intactas las viejas jerarquías.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios