Borrar
SUR
Ruta gastronómica en Túnez: el Magreb más cosmopolita

Ruta gastronómica en Túnez: el Magreb más cosmopolita

La influencia francesa y la cocina de pescado marcan la diferencia en la capital tunecina

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 17 de agosto 2019, 22:52

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Dos características marcan la personalidad de la cocina tunecina dentro del Magreb. Una es la influencia francesa, y otra, el aprecio por el pescado, mucho mayor en Túnez que en Marruecos o en Argelia. A pesar de los avatares políticos y religiosos de los últimos tiempos, las leyes a favor de la mujer promulgadas por el presidente Habib Bourguiba tras la independencia de Francia en 1956, repercutieron en el ambiente abierto y cosmopolita de la capital, que se aprecia sobre todo en el ensanche francés, desde la puerta Bab Bhar hasta el mar. Cafés, heladerías y creperías con terrazas en los amplios bulevares contrastan con la magia del mundo de pasadizos encalados en blanco y con puertas azules de la Medina edificada sobre los restos de la antigua Cartago, donde por la mañana, en los cafetines se desayuna té con menta y pan árabe con aceite de oliva y harissa (pasta picante de pimientos, ajo y especias) y donde bulle un espléndido mercado central repleto de género fresco (impresiona la variedad y calidad de pescados) e infinidad de especias, salazones de pescado, dulces, dátiles y aceitunas. Para cualquier gastrónomo que se precie, la visita al mercado es obligatoria, pero si se quiere completar con una experiencia, el curioso hotel Dar Ben Gacem ofrece recorridos de la mano de su personal, cocina casera tunecina y clases de cocina a cargo de su propietaria, Amel. De vuelta a la zona moderna está Chez Slah, uno de los restaurantes de pescado más populares de la ciudad, con un cuidado patio y enormes y concurridos salones donde el público local y visitante disfruta de una enorme variedad de pescado. Y si es goloso, no deje de asomarse a la pequeña pero afamada Patisserie Zitouna, en la Medina.

En la capital tunecina hay muy buenos restaurantes, desde el elegante y encantador Dar el Jeld (www.dareljeld.com), ubicado en una antigua casa señorial reconvertida en hotel y especializado en cocina local con toque de refinamiento, hasta el encanto casero de Dar Ben Gacem, también hotel y también en la Medina (www.darbengacem.com) al ambiente cosmopolita y joven de Le Carnot, bistró del Institut Français de Tunisie (20-22 Avenue de Paris), donde se sirven ricos y económicos menús franceses en un entorno encantador, o el bullicio y el despliegue de pescado fresco (frito, asado, en guisos y ensaladas...) de Chez Slah (14 Bis Rue Pierre de Coubertin).

Tradición árabe e influencia francesa se alían para hacer de Túnez un paraíso para golosos. Un sitio imperdible es la diminuta Pastisserie Zituna (Rue du Riche), en el corazón de la Medina, donde sin embargo las especialidades son las tartas de chocolate y tartaletas de fruta francesas. En cambio, Patisserie Masmoudi (Rue du Carthage) es una refinada y tentadora explosión de dulces magrebíes y de Oriente Medio. En Túnez son especialmente buenos los rellenos de dátiles. La Seine (2 Rue Tahar Memmi), moderna y céntrica, ofrece suculenta bollería y pastelería con opciones veganas.

Túnez está repleta de sitios de comida rápida. Pizzas, crepes, bricks y sandwiches, en realidad baguettes con distintos rellenos. Un sitio imperdible para una pausa (salada o dulce) es la cadena Gourmandise (www.gourmandise.com.tn/). Deliciosos dulces y bocadillos.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios