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Huevo de toro del Guadalhorce, aquí hay tomate

Huevo de toro del Guadalhorce, aquí hay tomate

Málaga en la Mesa ·

Aunque a lo largo de la historia ha habido muchos mitos sobre él, hoy se ha convetido en un ingrediente indispensable en nuestra mesa

GABRIEL OLVEIRA

Martes, 10 de octubre 2017, 13:44

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La semana pasada, los pacientes ingresados en el Hospital Regional de Málaga han podido disfrutar del sabor excepcional del tomate de temporada huevo de toro. Hoy no podemos entender nuestra gastronomía sin el concurso del tomate. Sin embargo, fue un alimento poco valorado, cuando no denostado abiertamente. Los primeros tomates llegaron a España a mitad del siglo XVI, aunque no se encuentran referencias de recetas hasta finales del siglo XVII (¡casi siglo y medio después!). En otros países europeos no se extendió su consumo hasta finales del XVIII y principios del XIX, empleándose solo como planta ornamental, ya que se creía venenosa (por su parecido con el fruto de la mandrágora). De hecho, en 1820, el estado de Nueva York lo prohibió por eso; esto dio pie a que el coronel R. Johnson convocara a una multitud en Nueva Jersey para comerse una cesta de tomates y demostrar su inocuidad: 2.000 personas acudieron a verlo morir. Por suerte, el final de la historia lo conocen. El tomate contiene muy pocas calorías (18 cal/100 g) y es una fuente magnífica de minerales (potasio), vitaminas (C, betacarotenos...) y fibra dietética. Pero, además, destaca por su alto contenido en carotenoides, como el licopeno, y ciertos polifenoles. El licopeno otorga al tomate su color rojo y se ha demostrado que posee gran poder antioxidante, hipolipemiante (mejora el colesterol), antihipertensivo y anticancerígeno. El 80% del licopeno que consumimos procede del tomate. Hay trabajos que asocian el consumo de tomate (y los niveles en sangre de licopeno) con menor riesgo de enfermedad coronaria, accidentes vasculares y mortalidad total, así como de la incidencia de cánceres como el de próstata. Para absorber mejor el licopeno se recomienda comerlo con alguna fuente grasa (ensalada o gazpacho con aceite de oliva) y, aún más, si se calienta (nuestros sofritos). Al igual que pasa con otros nutrientes, los efectos beneficiosos del tomate son superiores si se ingieren como alimento y no aislando sus compuestos bioactivos (el licopeno) en forma de suplementos alimenticios. Aprovechen las bondades del tomate y, si es ecológico y de cercanía, como los huevo de toro del Guadalhorce, además recordarán el sabor de su niñez.

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